lunes, 31 de octubre de 2016

Es Cristo que Pasa

Estar con Nosotros

Para la mayoría de los cristianos (por no decir para la totalidad) Cristo es Alguien que ha pasado -en algún momento- por sus vidas, puede que en la figura de un amigo, o de alguno de sus padres, o quizá de algún profesor o maestro.

Puede que esa persona no se haya manifestado claramente como cristiano ante nosotros,  pero -sin duda- en sus palabras…, en sus acciones o carácter…., algo en él, o en ella, actualizaba la gracia de Dios para con nosotros, nos inspiraba…, nos señalaba una meta…

Copio a continuación las palabras de un autor cristiano sobre este tema:

Sin gran dificultad podríamos encontrar en nuestra familia, entre nuestros amigos y compañeros, por no referirme al inmenso panorama del mundo, tantas otras personas más dignas que nosotros para recibir la llamada de Cristo. Más sencillos, más sabios, más influyentes, más importantes, más agradecidos, más generosos.
Pero (….) nuestra lógica humana no sirve para explicar las realidades de la gracia. Dios suele buscar instrumentos débiles, para que aparezca con clara evidencia que la obra es suya (….).
Y todo ello….sin que haya mediado mérito alguno: porque en la base de nuestra vocación están el conocimiento de nuestra miseria: la conciencia de que las luces que iluminan el alma —la fe—, el amor con el que amamos —la caridad— y el deseo por el que nos sostenemos —la esperanza—, son dones gratuitos de Dios. Por eso, no crecer en humildad significa perder de vista el objetivo de la elección divina: la santidad personal.

En el pasaje evangélico que hemos compartido -así como en otros similares, tales como el llamamiento de los futuros apóstoles o la cena de Emaús - vemos como Jesús se hace el encontradizo y  entra en sus vidas casi "sin pedir permiso".

La respuesta de los que llegaron a ser apóstoles fue realmente generosa: "lo dejaron todo y le siguieron" (Mc 1: 14-20) . En el caso de Zaqueo (que no fue apóstol pero sí discípulo…) la Escritura nos dice que "dio la mitad de sus bienes a los pobres y devolvió -multiplicado por cuatro- lo que había defraudado". Lc 19: 8 )

Pero no siempre fue así (recordemos el caso del joven rico y el de aquellos que se aproximaban a Jesús pero pronto se alejaban, escandalizados de la radicalidad de sus enseñanzas).

Esto debe servirnos como advertencia: si Cristo - de alguna manera - se acerca a nosotros, no debemos dejarle pasar de largo. Como dice Apocalipsis 3:20:"Yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré y cenaré con él y él conmigo".

Y todo ello, acompañado de una magnífica promesa: "Yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo" (Mateo 28:20).

Y en ese "estar con nosotros" podemos hallar no sólo la paz que ansía nuestra alma, sino también toda una serie de dones espirituales que nos harán crecer humana y espiritualmente y habrán de ser la base sobre la cual se edificará su Iglesia.


Elaborado por José Luis Mira Conca


sábado, 29 de octubre de 2016

Meditacion sobre el Santo Evangelio Lucas 18

Justicia y Justificación

Podríamos hacernos otras preguntas sobre esta parábola, pero quiero centrarme en las tres siguientes:
- ¿Cómo evitar un cierto sentimiento de superioridad cuando hacemos cosas (buenas) que los demás no hacen, o no hacemos cosas (malas) que los demás sí hacen?
- ¿Por qué el fariseo no debía sentirse orgulloso de ser bueno?
- ¿Por qué era malo (reprobable) a los ojos de Jesús que el fariseo se creyera bueno?

En el fondo…, todo se reduce a una misma y única pregunta: ¿Por qué no debemos vanagloriarnos de ser buenos? (incluso aunque sólo sea a nivel de pensamiento…).

La contestación, hoy día, seguramente la enfocaríamos en forma comparativa: NO NOS PODEMOS ENORGULLECER DE SER BUENOS….PORQUE NO SABEMOS LAS CIRCUNSTANCIAS QUE EXPLICAN LA "MALA CONDUCTA" DE NUESTRO PRÓJIMO. A LO MEJOR…NOSOTROS HEMOS TENIDO MEJOR EDUCACIÓN…, UNOS PADRES MÁS ATENTOS Y RESPONSABLES, ETC, ETC. Hoy día somos especialmente sensibles a aquellos argumentos que enfatizan la desigualdad entre las personas y las posibles consecuencias en sus comportamientos, etc.
Pero el enfoque del propio Evangelio (versículo 14b) y la de la Sagrada Escritura en general, es otra: no se trata de una cuestión "de circunstancias";  se trata de dos formas diferentes de relacionarse con  Dios: la del soberbio y la del humilde.

¿ Cuál sería entonces la contestación apropiada?
La Sagrada Escritura es muy explícita al respecto:
Romanos 3: 10: "Como está escrito: no hay justo, ni aún uno"
Hechos 3: 14(a): "Pero vosotros negasteis al Santo y al Justo ..."
1 Juan 2: 1-2: "Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis. Pero si alguno ha pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo, el justo".

Si esto es verdad ¿en qué basaba la vanagloria del fariseo? Su justicia era aparente e insuficiente, porque no la recibía de los demás, ni tampoco del Único Justo (Jesucristo) sino que dependía de su propia opinión en último extremo (S. Lucas 18: 11).

Además de una lección de humildad (versículo 14b) también podemos sacar a la luz una enseñanza profunda acerca de la JUSTICIA y la JUSTIFICACIÓN, un tema básico en los debates que propició la Reforma Protestante.

La idea general es que -como hemos dicho- NO HAY NINGÚN SER HUMANO JUSTO (excepto Jesucristo) EN TÉRMINOS ABSOLUTOS.

Entonces…., cuando la Biblia nos dice que tal o cual persona….era justa (por ejemplo José, el esposo de María, en Mateo 1:19) ¿a qué se refiere?

En éste y en otros casos (especialmente en el Antiguo Testamento) la Biblia considera JUSTAS a determinadas personas, en base a la fe que tenían en Dios: una fe activa que les llevaba a "caminar" en su seguimiento. Una fe que guiaba su forma de actuar…..que en general era según la LEY pero que, en algunas circunstancias, incluso iba más allá de lo que la propia Ley mandaba (el caso de José es ilustrativo).

En el Nuevo Testamento (ya en los Evangelios…) se emplea más el término JUSTIFICADO y JUSTIFICACIÓN para aludir a aquellas personas que, conscientes de su incapacidad para ser totalmente justos y -por tanto para vanagloriarse de ello- se acercan con humildad a Jesús, reconociéndole como el MODELO del hombre justo, que ya había propuesto el Antiguo Testamento.

El mensaje de fondo siempre es -en el fondo- el mismo: la verdadera justicia está en las motivaciones de nuestro corazón. No vale la "conformidad externa a la Ley de Dios" si no va acompañada de las actitudes interiores correspondientes. Dios quiere nada más y nada menos que ganar nuestro corazón y, desde allí, iluminar toda nuestra vida y transformar el mundo.




Elaborado por José Luis Mira Conca


lunes, 3 de octubre de 2016

La Fe que Agrada A Dios

LECTURAS:
Habacuc 1: 1-6; 12-13//2:1-4
Salmo 37: 1-12 2
Timoteo 1: 1-14
EVANGELIO: San Lucas 17: 5-10

Inspira y orienta

La fe que agrada a Dios no es, por supuesto, la fe de los incrédulos (que no la tienen) ni la fe de los demonios, que saben de Dios, pero  no le honran ni le obedecen.

La fe que agrada a Dios es la que inspira y orienta la vida de los verdaderos creyentes y les mueve a realizar buenas acciones, dando testimonio de Jesús.

Los textos que hoy nos propone la Sagrada Escritura, añaden algunas características remarcables que vamos a tratar de sintetizar a continuación.

ES UNA FE ASENTADA EN LO INVISIBLE: si tuviéramos que creer sólo en base a lo que vemos, sin duda nos desanimaríamos: el mal y la violencia campan a sus anchas y  muchas veces los buenos (o los "menos malos") son afligidos por verdaderos malvados.

ES UNA FE PACIENTE: el verdadero creyente no desespera ante estas "realidades". Confía firmemente en que -a su debido tiempo- Dios hará justicia: los buenos (o menos malos..) serán corregidos y los malvados (o en todo caso las estructuras de poder que han creado) serán aniquilados. Como dice el v. 12 del Salmo 37: "los mansos heredarán la tierra".

ES UNA FE OSADA: Jesús nos exhorta - en el lenguaje figurativo y superlativo empleado por los judíos- a ser atrevidos, imaginativos y aún "exagerados" en nuestras peticiones, hechas en oración, y en los proyectos que - en su Nombre y bajo su Voluntad- decidamos emprender, asegurándonos la ayuda de Dios.

ES UNA FE HUMILDE Y DESINTERESADA que no pide otra recompensa que la que ofrece el propio servicio (….).

Finalmente..ES UNA FE QUE SE FORTALECE EN LA SEGURIDAD DE NUESTRA ELECCIÓN. No tenemos Fe en Dios (y menos aun en Jesucristo…) porque hayamos sido "buenos", o porque la hayamos merecido por algo que Dios haya previsto que haríamos.
Hemos recibido un llamamiento que nos coloca en una posición especial ante Dios (la de aquellos que tienen verdadera fe) y que -al mismo tiempo que nos da confianza en llegar a la meta- nos plantea tareas y nos capacita para realizarlas ¡a mayor gloria de Dios y para el servicio de los hombres y mujeres, nuestros hermanos!

El testimonio de nuestras buenas obras, hechas desde la fe en Jesús será lo que verdaderamente evangelice al Mundo.


Elaborado por José Luis Mira Conca


El Desafio Permanente del Testimonio Cristiano

El Testimonio Cristiano de la Iglesia

Se diría que hacer mención hoy del “testimonio cristiano” de la Iglesia conlleva en sí un gravísimo riesgo: emplear, de entrada, un nombre que no es bien comprendido. La razón es muy simple. Se trata de un concepto tan manido, tan gastado desde hace siglo y medio, e incluso del que se ha abusado tanto en ciertos medios religiosos contemporáneos, que, o bien ya no significa nada, o bien se le atribuyen sentidos completamente ajenos a su propósito original. Si algún día un estudiante universitario de las especialidades de lengua española o de lingüística general quisiera hacer de éste un tema de estudio semántico, sin duda elaboraría una bonita e interesante tesis doctoral.

Lo cierto es que, en el libro de los Hechos de los Apóstoles 1:8, resuenan claras las palabras del Señor Jesús cuando dice: me seréis testigos. Con lo que él mismo define sin mayores complicaciones en qué consiste el testimonio de la Iglesia, es decir, del conjunto de fieles cristianos: estamos llamados a ser testigos suyos, de él, de su persona, sus enseñanzas y sus hechos portentosos, o sea, de cuanto él es, significa y representa para nosotros y para todo el conjunto de los seres humanos. Dicho de otro modo: no somos testigos de una idea filosófico-teológica más o menos genial, de un conjunto de doctrinas o de dogmas mejor o peor estructurado, de una noción moral más o menos elevada, o de un programa sociopolítico más o menos ambicioso. Somos testigos de Cristo Jesús, el Hijo de Dios hecho hombre. Tal es el alcance y el límite de nuestro testimonio cristiano.

El reto que ello nos impone es de esos que hacen temblar cielos y tierra. Estamos en este mundo para que nuestros parientes, vecinos, amigos, conocidos, conciudadanos y todos cuantos englobamos en el concepto genérico de “prójimo” vean, entiendan o perciban que tenemos algo que compartir acerca de Jesús. Es decir, que tal como enfoquemos a Jesús, así lo proyectaremos. Y aquí reside la clave del problema: ¿cómo entendemos a Jesús? ¿Quién es él para nosotros? Los escritos sagrados del Nuevo Testamento lo presentan siempre de manera harto positiva: Señor, Salvador, Redentor, Sumo Sacerdote, Rey, Príncipe de Paz, Buen Pastor, Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, vale decir, una serie de imágenes a cuál más enriquecedora de Alguien que tiene como finalidad suprema de su existencia bendecirnos y redignificarnos. Incluso en aquellos pasajes de los Evangelios o del Apocalipsis en los que aparece más indignado (¡y con razón!), su misión es redentora: la justicia de Dios siempre reivindica a su pueblo, nunca se muestra como una simple venganza o un vulgar ajuste de cuentas.

No nos extrañe en absoluto, por tanto, que, desde hace casi veinte siglos exactos, el Nuevo Testamento, los Padres de la Iglesia, los grandes teólogos medievales, los Reformadores y los pensadores cristianos contemporáneos hayan hecho tanto hincapié en la Theologia Crucis (“la Teología de la Cruz”), enfocando el sacrificio supremo de Cristo a la luz de su Resurrección y de su victoria.

El mejor testimonio que la Iglesia hoy puede dar acerca de su fe no es, por tanto, una violenta apología contra nadie, ni tampoco un moralismo estricto que ignore las crudas realidades humanas. Y por supuesto, no tiene nada que ver con catastrofismos a la carta ni con tomas de postura radicales frente a modas o ideas pasajeras. Estamos aquí para proclamar a Cristo, es decir, para transmitir esperanza, cariño, comprensión y paz, lo que todos necesitamos, creyentes y no creyentes. De lo otro, ya hay demasiado y demasiados que lo difunden sin parar.

Si nuestra parroquia hace de cada culto dominical, en su liturgia, su exposición de la Palabra y su práctica sacramental; de cada estudio bíblico impartido y de cada acción social de ayuda a los necesitados, un anuncio del Jesús que viene a las vidas de los hombres para traer esas bendiciones, habrá cumplido con creces con su cometido en la ciudad de Alicante y su área de influencia.


Tomado del Mensaje del Pastor
Elaborado por Rvdo. Juan María Tellería Larrañaga



miércoles, 13 de julio de 2016

Inteligencia Espiritual y Compromiso

LECTURAS:
Deuteronomio 30: 9-14
Salmo 25: 3-9
Colosenses 1: 1-14
EVANGELIO: San Lucas 10:  25-37

El Buen Samaritano

La Inteligencia Espiritual y el Compromiso son los dos temas principales que podemos hallar en los textos bíblicos que hoy nos propone la Liturgia.

Dos conceptos que, a primera vista, parecería que no tienen mucho en común y que casi son antitéticos: por un lado tendríamos al "cristiano comprometido" (todo corazón y completamente entregado a los demás) y al "cristiano espiritual", dedicado a la oración y a la meditación y -en todo caso- a la adoración y a otras obras espirituales, como podrían ser la sanación, el profetismo, la glosolalia, etc.

En el caso de Jesús -como exponente primigenio de lo que debe aspirar a ser un cristiano- vemos que se dio una síntesis de ambas vertientes y en Él tenemos a alguien que no sólo se preocupaba de la salvación de las almas, sino que también se preocupaba por la parte material: no sólo sanando enfermos, sino también preocupándose de que se les alimentara y se les cuidara: a ellos y, en general, a sus seguidores.

Justamente es a esta segunda dimensión a la que se refiere el pasaje evangélico de hoy (Lucas 10: 25-37) con la muy conocida e impresionante parábola de "El Buen Samaritano".

Es una historia que prácticamente no requiere comentario: se explica a sí misma. Es necesario, no obstante, recordar que judíos y samaritanos estaban enfrentados por cuestiones religiosas y políticas y que, poner a un samaritano como ejemplo de buena conducta (en un ambiente judío…) contenía un significativo elemento provocador.




A través de esta historia, Jesús nos exhorta a ver en todo aquel que se cruza en nuestro camino a alguien semejante a nosotros (un "próximo") ante quien debemos comportarnos con espíritu fraternal, prestándole el auxilio que le sea necesario y, además, con gran generosidad.

Es obvio -y aquí entra en juego la "inteligencia espiritual"- que no en todos los casos que se nos puedan presentar puede y debe ser igual nuestra conducta. Cada una de las situaciones en que nos podemos ver involucrados requiere de un análisis que -en la mayoría de los casos- deberá ser realizado a velocidad de vértigo (al menos en el momento inicial) y del que dependerá nuestra "entrada o no en acción".

Asimismo, en el desarrollo de la prestación en la que nos hayamos comprometido, deberemos orar para entender cuál debe ser la orientación de nuestra ayuda y hasta qué punto nos debemos comprometer. No todos tenemos los mismos dones, ni la misma disponibilidad de tiempo o, incluso, de dinero.

En la parábola del Buen Samaritano se nos presenta un principio general que debe orientar nuestra vida cristiana: el amor al prójimo, manifiesto en actos de misericordia,  y que -por lo que se afirma en otras partes de la Sagrada Escritura- será un elemento central a la hora de la "evaluación final" de nuestro pasaje por este mundo (Mateo 25: 31-46).

Elaborado por José Luis Mira Conca


sábado, 9 de julio de 2016

La Urgencia y la Necesidad de la Evangelizacion

LECTURAS
Isaías 66: 10-16
Salmo 66
Gálatas 6: 14-18
EVANGELIO:  San  Lucas 10: 1-12; 16-20

La Urgencia y la Necesidad de la Evangelización

El pasaje evangélico de hoy (San Lucas 10: 1-12; 16-20) debe ser sometido a una "relectura" que nos permita ir más allá de la parte anecdótica y del contexto en que fue escrito:

  • La parte anecdótica podría aplicarse a expresiones como "no llevéis bolsa, ni alforja, ni calzado; y a nadie saludéis por el camino" (v. 4) y también a lo expresado en el versículo 12: "Aún el polvo de vuestra ciudad que se ha pegado a nuestros pies, lo sacudimos contra vosotros (…)".
  • Lo relativo al contexto puede entenderse cuando tenemos en cuenta (como se dijo el domingo anterior) que, en un determinado momento de su predicación, tanto Jesús como sus discípulos estaban convencidos de la inminente llegada del Reino de Dios, por lo que era necesario apresurar la predicación en el territorio de Galilea.

En cualquier caso, queda claro que uno de los temas de fondo vuelve a ser la "Ira de Dios", que se desata -en este caso- contra aquellas ciudades que se muestran insensibles a la predicación del Evangelio.

Como dijimos el domingo anterior, hay dos cosas que debemos tener muy en cuenta a la hora de enfocar debidamente esta cuestión:

  • Conforme al mensaje general de la Sagrada Escritura, Dios (El Señor) es "lento a la ira, rico en piedad y en misericordia" (Salmos: 83, 103, 144, etc) por lo que la ira no es, en modo alguno, su forma habitual de reaccionar ante las "ofensas" humanas.
  • La ira de Dios no debe identificarse, sin más, con el concepto humano -excesivamente antropomórfico- del "castigo"; comentamos en su momento que tiene mucha más profundidad teológica, entenderla como la "suspensión temporal" de la gracia divina sobre nosotros: Dios nos deja, entonces, experimentar por un  tiempo las consecuencias lógicas y naturales de nuestros actos; experimentamos la "dureza" de lo que, en otras tradiciones religiosas o filosóficas, se denomina el Destino, o el Karma.

Por eso, para llegar al fondo del asunto, hemos de investigar en profundidad cuál es la naturaleza del mensaje que aporta el Santo Evangelio y por qué tiene tanta gravedad no prestarle la debida atención.
No pretendo agotar, por supuesto, el tema: la Sagrada Escritura es tan infinita en significado como sus  mismos objetos: Dios y la Salvación del Género Humano. Pero yendo a lo que nos sugieren las lecturas de este día -y principalmente el pasaje evangélico que estamos comentando- creo que deberíamos destacar el mensaje de reconciliación: entre Dios y la Humanidad; entre la Humanidad y la Naturaleza y de los hombres entre sí (2 Cor 5: 18-21).

La situación es como sigue: el pecado ha roto, y rompe de continuo, la unidad del género humano: al enfrentar entre sí a los dos sexos, a las distintas generaciones…, a los países, razas y culturas, etc. Enfrenta también a los humanos con la Naturaleza, a la que somete a una explotación sin límites ni tregua..Enfrenta a la Humanidad con Dios, al no aceptar sus legítimos mandamientos y al hacer burla de ellos.

El mensaje de Cristo es una invitación a restablecer la unidad en todos estos campos. El cuerpo de Cristo, entregado a la muerte por nuestros pecados, es un recordatorio perenne de lo que somos y lo que merecemos. De ahí que la misión de la Iglesia sea convertirse en fermento de unidad, llamando a todos los que están enfrentados, a la reconciliación.

Si la Iglesia no cumple esta sagrada misión….la catástrofe está asegurada. No tanto por "castigo divino", sino porque los enfrentamientos desatados…, la explotación de la naturaleza exacerbada, el incumplimiento de los mandamientos de Dios convertido en ordenanza humana…, todo esto unido nos lleva a una situación de crisis global, que es una evidente manifestación del Juicio de Dios sobre nuestro Mundo.

Es pues urgente que la Iglesia (es decir: nosotros) evangelice y que tome en serio el contenido de la Evangelización. A este respecto, debemos recordar los Principios de la Misión en el Anglicanismo:
Proclamar las buenas nuevas del Reino de Dios

Enseñar, bautizar y alimentar a los nuevos creyentes

Responder a las necesidades humanas por medio de nuestro servicio bondadoso

Buscar la transformación de las estructuras injustas de la sociedad

Intentar salvaguardar la integridad de la creación y sostener y renovar la Tierra

Tomarlos en serio será nuestra contribución a la salvación de la Humanidad y de la vida en el Planeta, así como al alejamiento de previsibles catástrofes.


Elaborado por José Luis Mira Conca


martes, 28 de junio de 2016

Llamamiento a la misión profética: antiguo y nuevo pacto

LECTURAS:
1 Reyes 19: 15-16, 19-21
Salmo 16: 5-11
Gálatas 5: 1, 13 - 25
EVANGELIO:  San  Lucas 9: 51-62

Llamamiento y Ministerio Profético

En los textos que nos presenta la Liturgia (especialmente el de 1 Reyes y el Evangelio de S. Lucas) vemos que hay similitud (pero también algún grado de diferencia) entre el llamamiento y el ministerio profético de Elías y Eliseo y el que Jesús ejerce sobre sus apóstoles y posteriores discípulos.

En ambos casos, la recepción del espíritu profético (simbolizado en el caso de Eliseo por la cubrición con el manto de Elías) comporta una ruptura radical con su vida anterior. El nuevo profeta abandona su casa, su familia, su trabajo y consagra su vida al seguimiento de su Maestro y a su servicio.

En el episodio narrado por S. Lucas, la ruptura con la vida anterior es significada con expresiones incluso más radicales que en el caso anterior: el discípulo no puede volver ni siquiera a despedirse de su familia. Algunos exegetas lo explican en base al convencimiento de Jesús y sus discípulos de que el Fin de los Tiempos era inminente.

Pero, a continuación, el mismo texto nos propone una lectura alegórica en la que -sin perder fuerza expresiva- la frase adquiere un sentido más completo: "ninguno que, habiendo puesto su mano en el arado, mira hacia atrás es apto para el reino de Dios" (v. 62).

La lectura de Gálatas nos ofrece pistas muy significativas de lo que puede significar esa "radicalidad del ministerio profético" en la vida de los cristianos y cristianas de hoy dia.

No somos llamados -la mayoría no, desde luego- a poner y deponer reyes (o gobernantes de cualquier tipo) mediante la unción profética. Pero, obviamente, podemos y debemos implicarnos en la vida pública, denunciando todo aquello que consideremos incompatible con la honra y gloria de Dios y los verdaderos derechos del Hombre.

A lo que sí somos llamados, sin ningún lugar a dudas, es a una vida consagrada en la que las obras de la carne vayan siendo sustituidas (no sin encarnizada lucha) por los frutos del Espíritu.

Pedagogía de la Ira // Pedagogía del Amor

Una diferencia interesante entre el Antiguo y el Nuevo Pacto es el énfasis que ponía el primero en la "justa retribución" del pecado (y del pecador) mediante el desencadenamiento de la Ira de Dios (que era una de las prerrogativas del ministerio profético) y el énfasis que pone el segundo en lo que podríamos denominar "la pedagogía del amor".

Un ejemplo notable podemos hallarlo en la historia que se nos narra en los vv. 51-56. Jesús de Nazareth, el Hijo de Dios, no quiere, como primera opción, el castigo de pecador. Su intención es salvarlo: conducirlo del ámbito de las tinieblas al ámbito de la luz.

El castigo, si finalmente se produce, será más por el endurecimiento del pecador (y las malas consecuencias que conlleva) que por el desencadenamiento de la "ira de Dios".


Elaborado por José Luis Mira Conca




lunes, 13 de junio de 2016

Creo en el perdón de los pecados

LECTURAS
2 Sam 11: 26-12: 10, 13-15
Salmo 32
Gálatas 2: 11-16, 20
EVANGELIO:  San  Lucas 7: 36-50

Creo en el perdón de los pecados (del Credo de los Apóstoles)

Un tema bonito, aunque difícil, el de hoy… Lo primero sería decidir si el concepto "pecado" constituye una categoría propia, sancionada por Dios y, por lo tanto, diferente de lo que los hombres podemos categorizar como "falta" o "delito". La respuesta cristiana, con base en la Biblia, es que SÍ y que la diferencia radica en el carácter permanente, desvinculado de la legislación humana, de aquellos comportamientos que la Ley de Dios define como "pecado".

Ciertamente, en el tránsito del Antiguo al Nuevo Pacto y, basándose en los ejemplos y las palabras de Jesús, los Apóstoles y la Iglesia Primitiva, decidieron -sabiamente- dejar a un lado la parte ceremonial y sacrificial de la Ley Judía (así como muchos "mandamientos" de carácter circunstancial y menor) al mismo tiempo que mantenían -con toda su fuerza prescriptiva- la Ley Moral, expresada netamente en los Diez Mandamientos entregados a Moisés (enseñanza ésta repetida y comentada por el propio Jesucristo, por ejemplo en Mateo 5: 17-20).

Para entrar en el estudio del pecado y en la gozosa proclamación de su perdón, por la obra redentora de Cristo, es esencial que definamos en primer lugar qué es el pecado.

La respuesta bíblica es neta y concluyente: "el pecado es la transgresión de la Ley de Dios" (1ª Juan 3: 4). Por diversos textos bíblicos primitivos podemos dar también otra definición:  "pecar es errar el blanco" (salir del camino y no alcanzar el objetivo). Estas dos definiciones están relacionadas: Dios nos muestra un tipo de conducta que lleva a la Gloria Eterna y que comunica vida abundante ya en este mundo: la conducta virtuosa y otro tipo de conducta que lleva a la Muerte Eterna y que aporta desgracias e infelicidad ya en esta vida: el pecado.

El doble pecado de David adulterio y homicidio, nos muestra bien a las claras la condición pecadora del ser humano. David era, por cierto, "el hombre conforme al corazón de Dios", como dice la Escritura en Hechos 13: 22). El pecado de David es juzgado por Dios y declarado merecedor de la muerte ¡por el propio pecador!

Sin embargo -y aquí entra en juego un nuevo factor- David reconoce su pecado y se arrepiente. El arrepentimiento es una muestra de la gracia de Dios operando en el corazón de los ya redimidos y "justificados" (aun antes de que ellos mismos sean conscientes…). Su arrepentimiento es aceptado por Dios, quien perdona su pecado, pero le impone unos castigos duros y ejemplares. Posteriormente, la misericordia de Dios se extiende hasta permitir que un hijo suyo y de Betsabé: Salomón, llegara a ser rey de Israel y Judá.

En cuanto al texto de Gálatas, seguiremos el criterio interpretativo de Martín Lutero: en el cristiano hay, efectivamente, dos personalidades que expresan, cada una de ellas, dos naturalezas:

  • La primera (y principal) es la que podríamos denominar nuestra "naturaleza espiritual": ella nos mueve a ser fieles cumplidores de la Ley y nos hace ser santos, con una santidad que es participación en la propia santidad de Cristo.
  • La segunda (subordinada a la anterior) es nuestra "naturaleza carnal" que no puede dejar de incurrir en múltiples pecados, los cuales no nos son imputados por la redención de Cristo, obrada a favor nuestro.

Es una situación verdaderamente paradójica que es la que permite explicar cómo una pecadora pública (siguiendo ahora el relato evangélico) es capaz -por la gracia de Dios- de alcanzar un mayor grado de justificación que el fariseo, demostrando que no existen hombres o mujeres justos, sino sólo hombres y mujeres "justificados" por la Gracia de Dios, operante en Cristo.


Elaborado por José Luis Mira Conca




sábado, 11 de junio de 2016

Jesús y el Nuevo Templo de Dios

LECTURAS;
1 Reyes 8: 22-30, 41-43
Salmo 96
Gálatas 1: 1-10
EVANGELIO:  San  Lucas 7: 1-10

Jesús y la Fe del Centurión

En el Tiempo Ordinario (después de Trinidad) la Liturgia nos embarca en un recorrido amplio a través de las enseñanzas de Jesús y de sus acciones llenas de poder, como sucede en el pasaje evangélico de hoy.

Dios prometió a David que "le permitiría" construir una Casa (el Templo de Jerusalén) edificado efectivamente por su hijo Salomón y que tantas vicisitudes ha experimentado a lo largo de la Historia…. Pero en la promesa hay también el anuncio de un descendiente suyo que reinaría para siempre, así como una misteriosa afirmación: "seré para él  como padre y él me será para mí un hijo" (1 Crónicas 17:13) que obviamente los cristianos interpretamos, con visión profética, como una alusión a la filiación divina de Jesucristo.

La lectura de 1 Reyes nos garantiza, en base al pacto de Dios con David y con su hijo Salomón, que el Templo será el lugar de una presencia privilegiada de Dios: para escuchar la oración de su Pueblo, para perdonar sus pecados, para sanar sus dolencias, etc. Y también para acoger, en igualdad de consideración, "al extranjero que no es de tu pueblo Israel y viene de lejanas tierras a causa de tu Nombre" ( v. 41).

Por eso, no nos debería extrañar la acogida de Jesús al centurión romano, un prosélito que ama y confía en el Dios de Israel, el único Dios verdadero (pudiéndose considerar los "otros dioses" como fragmentarias y, muchas veces, arbitrarias representaciones de algunos de sus atributos).

Es en este contexto de acogida, en el que Jesús alaba la fe del centurión romano, mucho mayor que la de los israelitas. Este episodio nos debe  llevar a considerar los signos de Dios, que en bastantes ocasiones entran en contradicción con nuestros criterios humanos. No sólo - evidentemente - en los Evangelios, sino también en nuestras propias vidas.

A ello deberíamos también unir la advertencia contenida en Gálatas1-10, en el sentido de que no debemos buscar la aprobación de los hombres, sino la de Dios.

De todo ello se deduce que el creyente debe, para ser siervo de Cristo, recorrer caminos que, en bastantes ocasiones, resultarán incomprensibles a los ojos de los hombres, pero contando siempre con la promesa de que en ellos se harán visibles las maravillas de Dios.


Elaborado por José Luis MiRA Conca



lunes, 23 de mayo de 2016

Domingo de Trinidad 2016

¡Celebrando su inmensa gloria!

Dios habita en su Gloria, más allá de cuanto podamos imaginar, en una Altura Inaccesible, que no se mide en kilómetros, sino en pureza y santidad.

Innumerables coros de ángeles cantan sus perfecciones y sus elegidos le alaban sin cesar. Estas son algunas de las impresiones que dejan en nosotros las lecturas propias del día; pero conviene que reflexionemos un poco más profundamente y lo haremos a modo de un diálogo con preguntas y respuestas.


Pintura de Gustave Doré (francés)
para La Divina Comedia
¿Dónde habita Dios?
La respuesta es, ya lo sabemos, en el Cielo…, pero no en el cielo atmosférico, planetario o galáctico. El Cielo donde Dios habita es una dimensión suprasensible que normalmente no podemos ver, pero que algunos sí han visto por una especial gracia de Dios. En esta dimensión todo es excelente y de ahí que se utilice el simbolismo de las piedras preciosas y los metales nobles. También todo es puro y los ángeles y elegidos llevan vestidos blancos que lo simbolizan.

¿ Qué es Dios ?
Dios es el fundamento firme del Universo, de ahí que se le simbolice a veces, como hemos leído, por alguien semejante a una piedra preciosa. Pero una piedra que está viva…" del trono salían relámpagos, truenos y voces"(Apoc 4: 5). Dios es el Creador y Mantenedor de todo cuanto existe. Todo lo creado lleva su impronta, es originalmente bueno y participa de su Gloria, a través de su rendida alabanza y adoración (Apoc 4: 8-11).

¿ Cómo es Dios ?
Dios tiene muchas perfecciones (en realidad todas…) pero la Biblia siempre enfatiza dos. La primera provoca maravilla, estupor..: Dios es Eterno ¿Cómo explicar esto? ¿Cómo poder comprenderlo? No tuvo principio, no tiene final, existe para siempre..
La segunda perfección es su santidad: Dios es Santo. Dios tiene la belleza y la pureza de lo absolutamente originario, de lo no contaminado. Belleza, Verdad y Bien son la esencia de su Santidad.

Y por último…. ¿Quién es Dios?
Dios no iba a ser menos que sus criaturas y, por eso, Dios es Persona. Mejor aún….Dios es Familia, Amistad, Amor..y para ello tiene que ser Trinidad. Dios es Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo
 ¡Alabado y Bendito sea su Nombre por los Siglos de los Siglos!


Elaborado por José Luis Mira Conca




domingo, 8 de mayo de 2016

Bienvenida a nuestro Pastor

La Bienvenida al Rvdo. Tellería

El próximo domingo, 15 de los corrientes, recibiremos al Rvdo. Juan María Tellería quien será en adelante nuestro Pastor actual de referencia de la Congregación de San Pablo (IERE).

El Rvdo. Juan María proviene de Puerto Sagunto (Valencia) y oficiará una vez al mes los Cultos de Oración en nuestra Comunidad Cristiana.

La Congregación de San Pablo (IERE) da la bienvenida al Rvdo. Tellería y rogamos al Altísimo por las bendiciones en esta nueva etapa de su vida, para que el Señor le Bendiga y Fortalezca.

En Abril de este mismo año, nuestro Lector Seglar José Luis Mira Conca y su esposa Mila Martos Rubio, tuvieron un encuentro en Xátiva con el Rvdo. Tellería y su esposa. Aquí dejamos un par de fotos de dicho encuentro.

Rvdo. Juan María Tellería y su esposa con nuestro Lector Seglar José Luis Mira, Abril 2016

Doña Mila Martos Rubio con el Rvdo. Tellería y su esposa, en Xátiva, Abril 2016








John y Ninfa, Gracias y Hasta Pronto

Hasta Pronto

La congregación de la Iglesia Episcopal de San Pablo dijo un hasta pronto en el mes de Abril a su Pastor John Dixon y esposa, Ninfa Durán. Llegó la hora de la jubilación de John y del retorno junto a sus seres queridos, hijos, nietos, en El Paso (Estados Unidos).

John y Ninfa vinieron a Alicante procedentes de la IERE de Móstoles. En Alicante, desarrollaron su misión con la preparación espiritual de los miembros y otras actividades como la Reunión de Mujeres, las actividades del Fondo Diaconal y el Camino de Emaús.  La Escuela Bíblica fue una de las actividades más significativas que incluyó, además de las reuniones donde se estudiaron los diversos libros de la Biblia, grabaciones en audio y edición de materiales de apoyo (disponibles todos en la página web de la Iglesia).

Miembros de nuestra IERE que por razones personales se han visto desplazados a Elche, Benejama,  Alcoi  y  Xátiva, recibieron también el mensaje de esperanza. Tampoco descuidaron la atención a mayores y por esta razón en diversas ocasiones llevaron la Santa Comunión a hogares y residencias, siguiendo el ritual de la iglesia cristiana primitiva.

También dieron la despedida a algunos miembros muy queridos de la Iglesia de San Pablo, como  Benjamín Amat, Gwen Hamilton y José María Val, y pudieron participar en la consagración de dos matrimonios.

De manera unánime, rogamos la bendición del Altísimo para la familia de John y Ninfa y que esta nueva etapa sea de gran progreso espiritual, junto a sus seres queridos. Desde Alicante, un gran saludo como hermanos en Cristo para quienes nos han dejado, además de su mensaje de esperanza, las huellas de su pasar por estas tierras de España.

Ninfa y John, Octubre 2015

Visita del Obispo Rvdmo. Carlos López, Marzo 2009

De paseo por Alicante, Octubre 2015


Reunión de amigos en Local Media, Noviembre 2015


En Culto de Santa Comunión, Marzo 2016


Al finalizar el Culto, Marzo 2016


Entre hermanos, Marzo 2016


Mensajes para John y Ninfa

Estamos conectados
Conocí a John de una manera inesperada. Al llegar con mi madre a vivir en Alicante, frecuenté la IERE de San Pablo más que nada alentada por la misión que mi abuelo, el Pastor Manuel Borobia (padre de mi madre) había cumplido en la IERE de Valladolid. Me bauticé en la Iglesia Evangélica Libre en San Juan de los Morros (Venezuela) con principios más bien bautistas, como mi padre, pero realmente me cautivó el ritual de los cultos, la solemnidad y los principios de la Iglesia Cristiana Primitiva que ponían en práctica en la IERE de San Pablo. Por un tiempo, dejé de asistir ... Tengo una papelería y un día se me presentó como cliente Hannah, la hija de John. Ella comentó a John la existencia de la papelería pues eran recién llegados a la ciudad y vivíamos en la misma zona de Alicante. Al poco tiempo se presentó John en mi papelería y entablamos una conversación como si fuese el reencuentro de unos amigos de toda la vida. Era la primera vez que nos veíamos, pero John con su acento norteamericano le daba a la conversación un interés muy especial para mí (recordaba mi corta estancia en Wichita, Estados Unidos). No sé en qué momento, la conversación se derivó hacia las consecuencias de la guerra civil de España para las familias  y  cómo afectó a la mía el tener que empezar una nueva vida en tierras americanas. En este punto se obró el milagro cuando mencioné a mi tío Manuel (ya fallecido) que vivió en Madrid a su retorno de Venezuela. John y mi tío Manuel fueron amigos y por esto John conocía muy bien los acontecimientos de mi familia. Esto me hace pensar que los hermanos cristianos estamos sencillamente conectados por el poder divino y que no estamos solos en el transitar temporal por este mundo. Doy gracias a Dios por haber permitido conocernos de esta manera, así como también por la labor que John y Ninfa pudieron desarrollar en los años que han podido compartir con nosotros. Que Dios les siga bendiciendo a ellos y a sus descendientes.  
Lidia Gutiérrez Borobia

¡Hemos construido juntos la comunidad cristiana!
En medio de dificultades, que no hemos de exagerar, pero tampoco minimizar ..., nos hemos esforzado juntos por mantener la presencia episcopal (anglicana) en una ciudad, Alicante (la nuestra y también vuestra por adopción) que no se caracteriza precisamente por su inquietud espiritual.
Nadie podrá reprocharnos que no lo hemos intentado (Fondo Diaconal, Escuela Bíblica, Cursillo de Cristiandad o Camino de Emaús…entre otras iniciativas que sólo Dios conoce en su totalidad). En todas ellas hemos podido contar con vuestro carisma misionero y con vuestra experiencia de muchos años en España.
Sabemos que nos dejáis por motivos que están fuera de vuestro control y capacidad de decisión, aunque comprendemos que son ya muchos años fuera de vuestra Patria y lejos de la familia y que tenéis - no sólo el derecho sino también, en cierto modo, la obligación- de regresar a ellos.
Sabemos que os habéis sentido muy identificados con nuestra pequeña Comunidad y también con estas tierras y gentes. Confiamos en ser un buen recuerdo para vosotros como vosotros los sois para nosotros. Y que las visitas que haréis en el futuro nos permitan seguir disfrutando de la recíproca amistad y de un testimonio cristiano compartido, que confiamos poder seguir manteniendo con la ayuda de Dios. 
Josep Lluis Mira Conca y Mila Martos Rubio


¡Hola John! ¡Hola Ninfa!
Agradeceros todo el tiempo que habéis estado con nosotros y ayudado a crecer espiritualmente y estar más unidos a lo que más deseamos: a nuestro Dios, que es lo más grande que se puede tener.
Hemos aprendido a amar a los demás como a nosotros mismos.
Confiamos en que allí donde estéis nos tengáis en vuestros corazones, al igual que vosotros en los nuestros.
Queremos mantener el contacto y saber de vosotros.
Nuestros hijos y nosotros os mandamos besos, abrazos y bendiciones. También a vuestras familias. Y oramos por todos vosotros.

Con cariño, Reme y Alfredo 
Alfredo García y Reme Compañ 





martes, 26 de abril de 2016

Un Mandamiento Nuevo Os Doy

LECTURAS:
Hechos 13: 44-52
Salmo 145: 1-9
Apoc 19: 1, 4-9
EVANGELIO:  San Juan 13: 31-35

La palabra clave es Amor

Al final del Tiempo Pascual actualizamos litúrgicamente algunos momentos decisivos en que los discípulos son fuertemente aleccionados por Jesús acerca del significado y la forma de su misión futura, cada vez más cercana.

Considerábamos en la semana anterior la potente imagen del Buen Pastor y cómo los seguidores de Jesús tenemos que ser capaces de dejarnos pastorear y de ser, al mismo tiempo, pastores de otros.

En la porción del Evangelio de San Juan que hoy hemos compartido (y que debemos meditar y actualizar a lo largo de la semana) se nos aporta una nueva enseñanza relativa al pastorado. Más en concreto: a la forma en que debe ejercerse el cuidado pastoral entre los cristianos.

El modelo vuelve a ser el mismo Jesús: como El lo ejerció, así debemos ejercerlo nosotros. Y la palabra clave es amor.
Que os améis los unos a los otros como yo os he amado.
Vamos a glosar brevemente cuáles son las características de este amor específico que hemos de brindar a nuestros hermanos y hermanas en la fe.

1. Amor electivo: hemos de ser colaboradores en el amor electivo de Dios, teniendo muy presente que aquellos que Dios ha puesto en la Comunión de su Iglesia, han sido elegidos y llamados de modo personal. Por otra parte, no debemos cerrar la puerta del Amor de Dios a nadie, por lo que debemos combinar la actitud anterior con el llamamiento universal a la conversión y la fe.

2. Búsqueda de las ovejas perdidas: deben preocuparnos especialmente aquellas que, "habiendo sido de los nuestros" (dicho con cierta brusquedad) se han apartado. Tratar de recuperarlos debería ser una tarea prioritaria.

3. Cura, guía, alimento, defensa: son las tareas que mostrarán si nos amamos unos a otros como Él amó a sus discípulos. Jesucristo actuó como "el hermano mayor". Nosotros debemos ser en unos casos el hermano que cuida y en otros el hermano cuidado. Dejarse amar es tan importante como amar activamente.

4. Sacrificio de nuestras prioridades: así como Jesús fue capaz de entregarse en sacrificio por nosotros, sus ovejas, también hemos de ser capaces de renunciar a cosas que queremos hacer y son importantes para nosotros, por atender y dar prioridad al hermano enfermo, abatido, etc.

Para terminar: hay un fundamento muy profundo para este amor al mismo tiempo personal y servicial y no es otro que la llamada a la Unidad. Los cristianos somos llamados a formar una sola Familia y eso debe notarse.


Elaborado por José Luis Mira Conca





miércoles, 20 de abril de 2016

El Buen Pastor: Una poderosa imagen del ministerio cristiano

LECTURAS:
Hechos 13: 15-16, 26-33
Salmo 100
Apoc 7: 9-17
EVANGELIO:  San Juan 10: 22-30

El Buen Pastor

 Conforme nos acercamos al final del Tiempo Pascual, el énfasis en las Lecturas va pasando desde las apariciones "físicas" de Jesús, a su presencia actual en el Cielo.

Ciertamente, el ministerio de Jesús continúa, ejercido por el Espíritu Santo, que se sirve de los sucesos de cada día y de sus siervos escogidos, para seguir enseñándonos y guiándonos.

Una poderosa imagen del ministerio, o simplemente del "carácter cristiano" es la del Buen Pastor. Para empezar, diremos que las ovejas no son cien por cien esos animales tiernos y obedientes que nosotros (los que vivimos en ciudades) imaginamos. Son animales bastante indisciplinados, que gustan de realizar "excursiones" fuera del camino que se les marca, en busca de pastos, que ellas creen más tiernos y delicados.

Obviamente esto les conduce a situaciones de peligro (por caídas, ingestión de comida inadecuada, ataques de lobos, etc) y el pastor tiene que poner, en ocasiones, su vida en peligro para rescatar a las ovejas perdidas. Y no sólo eso: tiene que curarlas, entablillar sus patas (si se las han roto) y finalmente devolverlas al redil.

En todo este proceso hay un riesgo añadido: el de aquellos suplantadores del verdadero pastor (o pastores) cuya voz no reconocen las ovejas, por lo cual huyen…..y pueden caer en peligros aun mayores. Es el caso de aquellas personas que se han involucrado en sectas y que, una vez decepcionados de ellas, se apartan por completo de cualquier movimiento religioso (incluidas las iglesias cristianas).

La primera enseñanza que debemos retener, ante todo, es que Jesús es el pastor de nuestras almas (y cuerpos)  que se comunica con nosotros desde el Cielo y a través de personas escogidas por él (no sólo seres humanos, sino también ángeles).

La segunda enseñanza es que también nosotros hemos de ejercer este "pastorado" sobre las personas que tenemos a nuestro alrededor y, especialmente, sobre aquellos que Dios nos encomienda (nos pone "carga").

Esa atención solícita que los cristianos tenemos que ejercer los unos sobre los otros, es una marca distintiva de la verdadera santidad (que es unión con Cristo y manifestación de su carácter) y por supuesto del verdadero amor al prójimo: un amor que se preocupa del otro y que, sin avasallar ni dominar, trata de ejercer una ayuda eficaz, que a veces será sólo acompañamiento. Pero el acompañamiento (también llamado "compañerismo" cristiano)  es, en sí mismo,  nuestro principal deber pastoral.

Elaborado por José Luis Mira Conca


martes, 12 de abril de 2016

La Santidad: Pasaporte al Cielo


LECTURAS:
Hechos 9: 1-19a
Salmo 33: 1-11
Apocalipsis 5: 6-14
EVANGELIO:  San Juan 21: 1-14

Santidad, combinación de Misericordia y Justicia

"Buscad la paz con todos y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor" (Heb.12:14).

Nos encontramos a mitad del Tiempo Pascual y, por tercera vez, Jesús se manifiesta a algunos de sus discípulos, en un lugar bien conocido por todos ellos: el Lago de Tiberíades, mientras se dedican a una de sus ocupaciones habituales: la pesca.

El milagro que nos relata el texto podríamos relacionarlo con la Misión que van a recibir en el día de la Ascensión: "id y haced discípulos a todas las naciones" (Mat.28:19).  Es también una advertencia para nosotros: sólo unidos a Cristo y siguiendo sus orientaciones podremos obtener la ansiada "pesca".

Estar unido a Cristo requiere conocer y compartir su carácter (carisma) para así poder cumplir la misión que nos compete: a cada uno en particular y como congregación.

En el Salmo 33 hemos podido leer y recitar juntos una frase muy significativa sobre esto:
"Él ama justicia y juicio; de la misericordia del Señor está llena la Tierra" (v. 5).
El carácter de Jesús es el mismo carácter de Dios: su base es la santidad.

Podríamos intentar definir la santidad como la perfecta unión de la Justicia y la Misericordia.  Esto sólo es posible, para nosotros,  por medio de la Gracia.

La Biblia enfatiza la santidad como la principal característica divina. Nos presenta a un Dios que es tres veces santo y nos habla a menudo de "la hermosura de su dantidad". Por eso, otra forma de definir la santidad sería decir que es la belleza moral.

Dios quiere que seamos santos y por eso nos ha elegido y llamado: Él quiere compartir nuestras modestas ocupaciones y darse a conocer a través de ellas. El secreto está en compartir….

Poco importa si la forma de su llamada es amable (como en la escena de la pesca) o  brusca (como en la caída del caballo de Saulo). El objetivo siempre es el mismo: incorporarnos a su Misión, que es el más alto honor que podemos tener en esta vida.

Y al final, en tanto en cuanto somos "transfigurados" y convertidos en "otros Cristos", vamos teniendo un mayor acceso a la Gloria del Cielo, la cual ya poseemos (según las Escrituras) si bien todavía imperfectamente.


Elaborado por José Luis Mira Conca



martes, 5 de abril de 2016

La Resurrección de Jesús: Consecuencias Actuales y Eternas

LECTURAS:
Hechos 5: 12a, 17-22, 25-29
Salmo 118: 19-24
Apoc 1: 9-19
EVANGELIO:  San Juan 20: 19-31

La Resurrección de Jesús

La Liturgia enfatiza hoy la realidad física de la Resurrección de Jesús (en la historia de la incredulidad de Tomás…, en la visión de Juan) y algunas de sus consecuencias eternas:
  • En Él está la Vida: tema recurrente en el Evangelio de Juan  (especialmente 1: 3).
  • Jesucristo tiene poder sobre la Muerte y el Más Allá (Apocalipsis 1: 18).
En verdad, eran y son motivos más que suficientes para que Juan (y cualquiera de nosotros) cayera "como muerto" ante su Presencia, celestialmente transfigurada.

Pero Él puede también velar su Gloria y mostrarla contenida en su naturaleza humana, para que "no temamos". Y así sucede en la historia de su aparición a los discípulos y la incredulidad de Tomás (S. Juan 20 : 19-20) a quien la tradición señala como responsable de la Misión de la Iglesia en Asia (en India se le considera fundador de la Iglesia de Mar Thoma, vinculada a la Comunión Anglicana).

También tiene gran importancia para nuestra fe que, asimismo desde el principio, la Iglesia tuviera que enfrentarse a la Persecución (Hechos 5: 17-18) y recibir señales de la ayuda milagrosa por parte de Dios (Hechos 5: 19-20).

No obstante, el principal tema en el que creo necesario profundizar, por su gran actualidad, es el de las relaciones entre el Cristianismo y las demás religiones.

A este respecto, creo que deberíamos partir de un hecho que creo decisivo y que marca una diferencia radical: mientras que los fundadores de otras grandes religiones (Mahoma, Buda..) murieron…, Jesucristo resucitó y ha ascendido al Cielo.

También creemos que sigue estando - misteriosa pero realmente presente- en su Iglesia: mediante su Palabra, en los Sacramentos y el Orden Ministerial.

Yendo más directamente al tema del diálogo interreligioso, pienso que hay dos tesis extremas al respecto, que deberíamos examinar y rechazar:
  • La primera (a la que podríamos calificar como Liberal) considera que todas las religiones son equivalentes y que conducen al mismo "sitio", si bien por diferentes caminos (es el llamado Paradigma Pluralista).
  • La segunda (que podríamos calificar como Fundamentalista) afirma que las demás religiones son "inventos del Diablo", considerándolas esencialmente erróneas y perniciosas.
Desde un punto de vista equilibrado -y pienso que teológicamente más justificado- es imposible no reconocer (y muchas veces admirar) los elementos de verdad presentes en otras religiones, los cuales -desde el punto de vista de grandes estudiosos en la materia- apuntan o pueden relacionarse con la enseñanza de Cristo. Por eso se les considera "Semillas del Verbo", formando parte de la Dimensión Crística (no explícitamente cristiana) de estas grandes religiones.

Ante la realidad del Diálogo Interreligioso y las oportunidades existentes para su práctica, creo que la postura digna y coherente para los cristianos, sería el participar en él, SÍ, pero de una forma prudente.

Obviamente podemos colaborar en actividades cívicas conjuntas, en estudios compartidos, en presentaciones públicas por causas lo suficientemente importantes (pensemos por ejemplo en funerales de estado o eventos similares).

Pero ya es mucho más discutible (y creo que debe ser rechazada) la oración conjunta o cualquier tipo de celebración sacramental.

El cristiano sólo accede a Dios a través de Jesucristo y no puede eliminar (o poner entre paréntesis) su fundada creencia en la Resurrección de Jesús y su Ascensión a los Cielos junto al Padre y el Espíritu Santo.

Elaborado por José Luis Mira Conca



jueves, 17 de marzo de 2016

Programación Semana Santa 2016

Semana Santa 2016

 La Iglesia Española Reformada Episcopal (IERE) de San Pablo con sede en Alicante y de Comunión Anglicana desarrollará su Programación Especial con motivo de la Semana Santa 2016. Esta programación incluye los días desde el Jueves Santo hasta el Domingo de Resurrección.

Programación por Semana Santa

 DÍA  TEMA HORA

JUEVES


Conmemoración de la Última Cena de Jesús


19h

VIERNES

Conmemoración de la muerte de Jesús en la Cruz

19h

SÁBADO

Culto Especial de la Luz

19h

DOMINGO Celebración de la Resurrección de Jesús 12h


Te invitamos a compartir con nosotros estos Días Santos en la sede de nuestra Iglesia cuya dirección es la siguiente:

Iglesia Episcopal de San Pablo
Calle Doctor Sánchez San Julián, 8, Bajo
Alicante / Alacant (03013)
España
Referencia: en los bajos del "Edificio de la Pirámide" en Alicante.


Te esperamos para que asistas a esta Programación Especial con motivo de la Semana Santa 2016 para recordar el gran significado "por la victoria en la Cruz".

Predicamos a Jesucristo resucitado 




lunes, 15 de febrero de 2016

Las pruebas de Jesús y nuestras propias pruebas

LECTURAS:
Deuteronomio 26: 1-11
Salmo 91: 9-15
Romanos 10: 8b-13
EVANGELIO:  San Mateo 4: 1-11

Jesús y las Tentaciones

Después del Bautismo, Jesús,  visiblemente señalado por el Espíritu Santo para la Misión Profética, e investido con la dignidad suprema de Hijo de Dios, es conducido al Desierto,  para ser confrontado con el Mal.  No hay para Él escapatoria, ni refugio en institución humana alguna que le ampare. En completa soledad debe enfrentar -desde la radical debilidad de su condición humana- las pruebas a las que todo hombre (y en especial todo cristiano) debe enfrentarse.

La primera tentación le confronta (nos confronta) con el horizonte de una vida en la que la satisfacción de los deseos (de todos los deseos, desde los más básicos a los más sofisticados) se convierte en motivación única.

Es una forma de vida que hoy vemos progresar y en la que la salud, la belleza, el sexo se han convertido en auténticas obsesiones.

Nada debemos negarnos. Cualquier "necesidad humana" debe ser satisfecha sin preocuparnos mucho o nada de su intrínseca moralidad o inmoralidad y de sus posibles consecuencias.

Ante este bombardeo de necesidades, deseos y caprichos, debemos hacer nuestra la respuesta de Jesús: "No solo de pan (de la satisfacción de los deseos) vivirá el hombre sino de toda palabra que sale de la boca de Dios".

Y no debemos pensar que son las palabras de un "aguafiestas" o de un fanático. Lo que en realidad nos quiere decir Jesús son, fundamentalmente, dos cosas:

  • que las satisfacciones de este Mundo no pueden saciarnos espiritualmente
  • que la Palabra de Dios es lo que nos permite orientarnos en aquello que nos es lícito o conveniente.

En la segunda tentación se nos quiere advertir sobre el uso inadecuado de la Palabra de Dios, que puede convertirse en "tropiezo" para aquellos que la utilizan para fines espúrios (como un medio para lucrarse, para expandir el propio "ego" y dominar a los demás, etc) para quienes, despojados del Espíritu Santo, pretenden quitar o poner en ella según sus preferencias, o para aquellos que son incapaces de diferenciar entre "corteza" y "nuez" (entre lo que es expresión de una determinada época y cultura y lo que es propiamente el contenido esencial del mensaje).

En el episodio que hemos leido, el Diablo fuerza el sentido de lo que es una "consolación divina", convirtiéndolo en una invitación a ponernos en peligro.

En las palabras de Jesús: "No tentarás al Señor tu Dios", deberemos entender la invitación a un estudio profundo de las Sagradas Escrituras, que debe llevarnos a la adoración y al servicio de Dios y no a otras cosas.

En la tercera tentación se hace a Jesús y se nos hace a nosotros una llamada directa, con toda la potencia de seducción del Mal, para "pasarnos al lado oscuro".

Es la tentación reservada a aquellos que:

  • han logrado ejercer cierto (o mucho) autodominio sobre sus propios deseos
  • conocen suficientemente la Palabra de Dios.

Pero, sin embargo, no pueden (no podemos...) "cantar victoria".
Todavía somos débiles, todavía podemos ser humillados por la potencia seductora de nuestras propias pasiones: posiblemente las más escondidas, las más secretas.

Sólo Jesús pudo resistir a todas ellas.

La lección contenida en el pasaje no es que debemos "esforzarnos" hasta llegar a vencer igual que lo hizo Jesús. Esto es simplemente imposible. Por eso tuvo que venir Jesús: para cumplir perfectamente -por nosotros, por Su Pueblo, la Perfecta Ley de Dios y para sufrir la muerte vergonzante que merecíamos, que merecemos y que mereceremos, pese a todos nuestros esfuerzos.

Pero también es cierto que, desde la más profunda conciencia de nuestra debilidad, de nuestra insuficiencia radical para cumplir la Ley de Dios y superar cualquiera de estas "tentaciones"..., no debemos resignarnos a ser marionetas en manos de Satán.

En nuestro ser interno hemos cambiado de dueño. Ya no pertenecemos a Satán, pertenecemos a Cristo y a Él servimos,  esforzándonos en vivir una vida sobria y piadosa.


Elaborado por José Luis Mira Conca




Te convertiré en pescador de hombres

LECTURAS:
Jueces  6: 11-24
1 Corintios 14: 1-11
Salmo 85: 7-13
EVANGELIO: Lucas 5: 1-11

El milagro de Jesús


Jesús había iniciado su ministerio y recorría toda Galilea. Había comenzado por Nazaret,  donde se había criado, pero como vimos en las lecturas anteriores, Él mismo llegó a pronunciar allí la muy conocida denuncia: “Nadie es profeta en su tierra”. El reconocimiento de su pueblo, de las personas que le rodeaban y conocían desde niño, se mostraba difícil.

Sin embargo, en la mayor parte de Galilea el ministerio de Jesús progresaba. La gente se maravillaba por las cosas que hacía (sanaba enfermos y expulsaba demonios) y  buscaba a Jesús con apremio, queriendo también escuchar sus palabras.

En esta ocasión vemos a Jesús ante una multitud que demanda su atención y que quiere escuchar una vez más sus palabras, sus enseñanzas. Para conseguir ser mejor visto y oído, Jesús pide a Simón Pedro que le permita hablar desde una de sus barcas (pocos días antes Jesús había sanado a su suegra, por lo que ya conocía el poder de quién se convertiría en su Maestro). Pero Simón Pedro estaba cansado y también frustrado porque había estado toda la noche faenando junto con sus compañeros  y no había logrado ver fruto alguno a sus esfuerzos.

Quizá por esto, y porque le resultaba extraño que alguien ajeno a los trabajos de la pesca pudiera inmiscuirse en su trabajo, su reacción inicial fue de desconfianza ante el imperioso mandato de Jesús: "bogad mar adentro y echad vuestras redes".

Aunque pasaran muchas ideas negativas por sus mentes, lo más importante de la situación fue la reacción final de Pedro y sus compañeros; la cual se puede resumir en la palabra "obediencia”. Pedro, Jacobo y Juan (hijos de Zebedeo, el empresario judío que era  propietario de las barcas) después de lidiar con su cansancio y frustración, escuchan a Jesús, bajan la cabeza, y le obedecen.

La recompensa ya la conocemos. Dios es generoso con aquellos que ponen en Él su confianza y no hubo sitio donde poner la “gran cantidad de peces”, hasta el punto de quedar  impactados y sobrecogidos por el miedo al ver cómo los frutos del mar se multiplicaban prodigiosamente. Le escena final nos muestra a Pedro doblando sus rodillas ante Jesús y reconociéndose como un miserable pecador ante Él.

Pero Jesús, portador de las "Buenas Noticias de Dios", no viene a traer una enseñanza basada en establecer una distancia con Dios con un inmenso poder, sino en su cercanía y amor hacia todos los hombres y mujeres pecadores. En este relato, Pedro, Jacobo y Juan  son llamados a un nuevo ministerio espiritual, con una metáfora que ellos podían comprender perfectamente: "ser pescadores de hombres".

El relato del nuevo milagro de Jesús culmina con unas impresionantes palabras finales: "Trajeron a tierra las barcas y dejándolo todo le siguieron" (Lucas 5: 11). La intervención divina no sólo participó en la multiplicación generosa de los frutos del mar de una manera antinatural sino también en la aceptación al llamado de emprender un nuevo proyecto para el cual pudieron temer no sentirse preparados.

Los cristianos no somos llamados - necesariamente- a realizar estas palabras en una forma literal, pero sí a poner el seguimiento de Jesús por delante y por encima de cualquier otra circunstancia de nuestra vida.

Oración
Padre amado, tú conoces nuestros pensamientos, temores y frustraciones en esta vida terrenal que llevamos, agobiados por las necesidades del mundo que nos llevan a ninguna parte. Ayúdanos a centrarnos más en lo verdaderamente importante para nosotros como seres espirituales que somos y en seguir  tu Palabra. Danos fuerza para dejar de lado nuestros pecados, aprender de ellos y emprender una nueva vida centrada en Cristo y en sus enseñanzas. En el nombre de tu Hijo te lo pedimos y también te rogamos la ayuda del Espíritu Santo. Amén.

Elaborado por Lidia Gutiérrez
Colaborador: José Luis Mira Conca
Agradecimiento a D. José Luis Mira Conca por el aporte de sus ideas en pro de una mejor comprensión del texto.

sábado, 30 de enero de 2016

Caná de Galilea y el Primer Milagro de Jesús


LECTURAS:
Isaías 62: 1-5
Salmo 96: 1-10
1 Corintios 12: 1-11
EVANGELIO: San Juan 2: 1-11

El primer milagro de Jesús en Caná de Galilea


La lectura del Evangelio de Juan, relata el primer milagro de Jesús  en unas bodas que se realizaban en Caná de Galilea. Y nos preguntamos,  por qué ocurre el primer milagro de Jesús en Caná y en qué consiste el primer milagro de Jesús.  A continuación presento las respuestas  que he encontrado durante la meditación de las lecturas.

I. Por qué ocurre el primer milagro de Jesús en Caná

1) Una razón la podemos encontrar en el mismo pueblo de Caná.

Caná de Galilea estaba ubicada muy cerca de tres ciudades que tenían los habitantes más "duros de cerviz".  Las frases "erguir la cerviz" y "tener el cuello tieso como un animal testarudo" ejemplifican la terca obstinación de los pecadores contra las instrucciones y mandamientos de Dios.  "El hombre que reprendido endurece la cerviz, de repente será quebrantado, y no habrá para él medicina" (Proverbios 29: 1).

Corazín, Betsaida y Capernaúm son las ciudades donde Jesús realizó la mayor cantidad de milagros, es decir estuvo ejerciendo un ministerio más profundo de sanidad espiritual y física. La Biblia relata que los habitantes de estas ciudades “todavía no se arrepentían de sus pecados”.  En Mateo 11: 20-24, vemos a estos pueblos  como “ciudades impenitentes” y  Capernaúm es comparada con Sodoma.  Caná es una aldea a pocos kilómetros de Nazaret que estaba situada en el camino a Capernaúm.

En pocas palabras, eran en general pueblos indomables. Los profetas no pudieron mejorar gran cosa sobre las costumbres de estos pueblos, pero Jesús sabía que no todo estaba perdido y que los habitantes de estos pueblos requerían una mayor atención de su parte. Eran pueblos que se habían alejado de los mandamientos de Dios y Jesús tenía un sentimiento especial para sus habitantes.
En Caná, Jesús se presenta a Natanael con la frase: "He aquí un verdadero israelita, en quien no hay engaño"  y  Natanael  lo reconoció enseguida; no más verlo le dijo "Rabí, tú eres el Hijo de Dios; tú eres el Rey de Israel" (Juan 1: 47, 49). Natanael fue uno de los doce discípulos de Jesús, que Él renombró como Bartolomé, y  fiel compañero en Su ministerio.

2) Otra razón, puede ser la profunda conexión entre Jesús y su madre María.

María sabe que Jesús es el Mesías y recurre a Él. El Evangelio describe que estando en Caná de Galilea, Jesús, su madre María y discípulos de Jesús fueron invitados a unas bodas. En un momento dado, María sabe que no hay vino. Esto es un asunto importante para el pueblo judío.  Durante estas bodas, se ha terminado la bebida de la vid que ha estado presente desde el inicio de los tiempos en todas las civilizaciones (junto con el trigo y la sal).  El vino, o el mosto no fermentado, era un componente importante durante la fiesta matrimonial de los israelitas. El pretendiente da de beber a su prometida y desde el momento en que ésta acepta se da por hecho el matrimonio.

María se acerca a Jesús y le comenta "No tienen vino" que se convierte en el ruego de "haz algo". Jesús interpreta la petición de su madre y le responde "este no es mi momento".  María, que conoce profundamente a Jesús, comenta a los sirvientes "haced lo que Él os diga", en otras palabras “dejémoslo a su potestad” y “vosotros seréis testigos”.

La respuesta de Jesús, no será la única de su tipo. Recordemos la fe de la mujer sirofenicia (griega) que se postró a los pies de Jesús para implorar por la salud de su hija.  La respuesta de Jesús la pone a prueba, parece decirle ¿de verdad crees en el Hijo de Dios? Cuando la contestación de la mujer indica el tamaño de la fe que tiene en Jesús, el Hijo de Dios le responde "Por esta palabra, ve; el demonio ha salido de tu hija"  y el milagro se ha realizado (Marcos 7: 24-30).

La respuesta de María “sin palabras” en el Evangelio parece decir: Te conozco y sé que  tomarás cartas en el asunto. No era necesario responder a Jesús porque era cierto que su momento no había llegado todavía y María lo sabía.

II. En qué consiste el primer milagro de Jesús

El agua reservada para purificación en seis tinajas de piedra es convertida en vino bueno.  ¿Qué es un milagro? ¿Por qué Jesús utiliza en su ministerio el recurso de los milagros? Esto me recuerda la expresión en la cara de los chiquillos cuando ven un hecho mágico. La sorpresa, algo inesperado, se ha logrado algo que no se creía que pudiera ocurrir. Pero los milagros de Jesús no consistían en el engaño ni el truco, no tenían nada que ver con la magia.

Si el mundo tal cual estaba en ese tiempo fuera totalmente crédulo y respetuoso de los mandamientos de Dios, ¿habría sido necesario el sacrificio de Jesús?, ¿de qué manera podía Jesús  impactar a una gente desobediente, incrédula, irrespetuosa e inmadura espiritualmente? El "recurso del milagro" era necesario para hacer creer en la divinidad de Dios y en su poder.  Jesús dijo al oficial de Caná que rogaba por su hijo:  “Si no viereis señales y prodigios, no creeréis” (Juan 4: 46-54). El milagro es la señal divina, es obra para el bien y no para el mal. La Biblia relata muchas señales y  maravillas de Jesús, y los apóstoles de Jesús también hicieron milagros cuando el Espíritu Santo se derramó sobre ellos (Hechos 5: 16).

Los creyentes tenemos un Camino que debemos saber recorrer. Recordemos el relato del joven endemoniado que Jesús sana (Mateo 17: 14-21). El padre del joven le dice a Jesús: "... lo he traído a tus discípulos, pero no le han podido sanar". Y los discípulos le dicen a Jesús después de la sanación del joven: ¿Por qué nosotros no pudimos echar fuera al demonio?  Y ¿cuál fue la respuesta de Jesús?: "Por vuestra poca fe ... si tuviereis fe como un grano de mostaza ... nada os será imposible". Y agrega el Maestro: "Pero este género no sale sino con oración y ayuno." Este es nuestro Camino, el cristiano aprende de cada paso que da.

Durante su ministerio, Jesús realizó milagros de curaciones, expulsión de demonios, resurrección de los muertos y control sobre la naturaleza. Todos estos milagros de Jesús, de señales y maravillas del Hijo de Dios, son un legado para nosotros los cristianos. Respondamos entonces como el Salmo, “Adoren al Señor en la hermosura de su santidad … y pregonen entre las naciones: “El Señor es Rey”…  (Salmo 96: 1-10).

En resumen, las lecturas nos muestran  a un Dios misericordioso, un pastor que cuida de sus ovejas perdidas, mientras más pecador eres más amor recibes en la oportunidad del perdón.  ¿Que no hará un padre si ve a uno de sus hijos descarriado?, mucho más hace Dios con sus hijos.  Por otra parte también comprobamos que Jesús quiere que quien se acerque a Él sea una persona crédula en nuestro Dios Omnipotente; no te acerques con duda, tener fe es lo más poderoso.  Dios transforma de muchas maneras a quien tiene fe. Con el pasaje de las Bodas de Caná recordamos que el agua para purificación fue convertida en vino bueno. Dios puede hacernos cambiar para bien según su Plan.

Oración
Amado Padre:  Queremos acercarnos a Ti con fe, con convicción sobre lo que todavía no entendemos. Derrama sobre nosotros los Dones del Espíritu Santo y quita el velo de nuestro ser para que podamos ver el Plan que tienes para cada uno de nosotros en esta tierra. Te damos gracias por la oportunidad que tenemos de creer en Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo. Cuida de nosotros en este mundo de incertidumbre y ayúdanos a vencer las dudas con la Fe. Te lo pedimos en el Nombre de tu Hijo Jesucristo.  Amén.

Elaborado por Lidia Gutiérrez



martes, 26 de enero de 2016

Bautismo de Nuestro Señor Jesucristo

LECTURAS
Isaías 42: 1-9
Salmo 89: 20-29
Hechos 10: 34-38
EVANGELIO:  San Lucas 3: 15-16; 21-22

LA MISIÓN CRISTIANA: SUS RASGOS ESENCIALES


El Bautismo fue para Yeshua (Jesús) el punto de inflexión entre ser un seguidor y comenzar el camino para llegar a ser un maestro: el Maestro por excelencia. Para ello tuvo primero que abandonar el marco de seguridad que le ofrecían la familia y el Templo y ponerse en contacto con el profeta vivo más importante desde los tiempos de Elías y Eliseo: Juan el Bautista. Y aunque Él no tuviera necesidad de "ser bautizado" quiso en esto darnos también ejemplo de la necesidad de regeneración espiritual: del nuevo nacimiento.

El simbolismo del Bautismo es muy amplio, pero podemos distinguir en él dos características principales:

- el lavamiento o la purificación (más allá de lo que ofrecían los rituales estereotipados del Templo)

- la muerte sacrificial: la renuncia a la propia voluntad por la recepción de la unción profética (añadida a la real  y a la sacerdotal que  Yeshua poseía desde su nacimiento).

Somos en realidad nosotros los que tenemos necesidad de un nuevo principio de vida, más allá de las convenciones sociales, más allá de una religiosidad formal y muchas veces hipócrita o conformista.

Este nuevo nacimiento, que depende de la Voluntad de Dios, nos capacita para ser "otros Cristos" y nos da una Misión que, a semejanza y en comunión con la suya, se caracteriza por la universalidad y por un compromiso permanente con la promoción de la justicia y del derecho.

A semejanza de Jesús ya no necesitaremos ser guiados por maestros humanos. Sólo la conformidad con la Voz del Espíritu nos mantendrá firmes en la plasmación de nuestra "vocación cristiana", siempre original, siempre portadora de algún grado de conflicto con el entorno.

ORACIÓN DEL DIA

Padre Celestial, que en el bautismo de Jesús en el río Jordán, le proclamaste tu Hijo amado y le ungiste con el Espíritu Santo: concede que todos los que son bautizados en su Nombre, guarden el pacto que han hecho y que, valerosamente, le confiesen como Señor y Salvador; quien contigo y el Espíritu Santo vive y reina, un solo Dios, en gloria eterna. Amén.

Para ampliar conocimientos

Artículos de Fe de la Iglesia Anglicana

27. Del Bautismo

"El Bautismo no es solamente un signo de la profesión y una nota de distinción, por la que se identifican los Cristianos de los no bautizados; sino también es un signo de la Regeneración o Renacimiento, por el cual, como por instrumento, los que reciben rectamente el Bautismo son injertados en la Iglesia; las promesas de la remisión de los pecados, y la de nuestra Adopción como Hijos de Dios por medio del Espíritu Santo, son visiblemente señaladas y selladas; la Fe es confirmada, y la Gracia, por virtud de la oración a Dios, aumentada.
El Bautismo de los niños, como más conforme con la institución de Cristo, debe conservarse enteramente en la Iglesia".

Teología del bautismo

Ver documento "El Sacramento del Bautismo"


Elaborado por José Luis Mira Conca