domingo, 22 de diciembre de 2013

4to. Domingo de Adviento

Lecturas del día
Isaías 7: 10-17
Salmo 24
Romanos 1: 1-7
EVANGELIO:  San  Mateo 1: 18-25

Comentario bíblico
Nosotros podemos considerarnos, al igual que aquellos romanos a quienes el apóstol Pablo envió su Carta, llamados a ser de Jesucristo (en el sentido de una vinculación profunda, de una posesión personal, especial..., amorosa).
La pertenencia a Jesucristo es la plataforma por medio de la cual nos elevamos a una justicia que no es por la Ley, sino por la Fe.
¿Cuál es la diferencia?  Pues...que la obediencia según la Ley no implica una transformación personal, en el sentido de la bondad pura (que la Biblia llama santidad ).   Los versos 3 y 4 del Salmo 24 nos suministran ejemplo:  
¿ Quién subirá al monte del Señor? y ¿quién estará en su santo lugar?
El limpio de manos y puro de corazón (...).

Es decir: aquel que sigue el camino de la bondad pura. Requiere un esfuerzo de discernimiento seguir este camino, ya que no está delimitado por rígidos preceptos. Los Mandamientos de la Ley de Dios son para "el justo" más una orientación que una fuente de falsa seguridad: la historia de José y María es un buen exponente de ello.


Tampoco las jerarquías de este Mundo son de gran ayuda: la pintura del franciscano Giotto nos lo propone de un modo muy plástico: ángeles, reyes, María, el propio Jesús....todos están como en un mismo plano (en el que podríamos incluso integrar al borrico que vemos al fondo  a la izquierda). El beso que da el santo a Jesús parece más un sencillo gesto de amor que una muestra de vasallaje.
Éste es, al fin y al cabo, el principal significado de la Natividad de Jesús: el Dios Eterno se hizo hombre y se puso a nuestro nivel, para poder elevarnos al suyo.

Oración del día

Dios todopoderoso, te suplicamos que purifiques nuestra conciencia con tu visitación diaria, para que cuando venga tu Hijo Jesucristo, encuentre en nosotros la mansión que le ha sido preparada. Amén

Intenciones de oración

Oremos por España: para que pese a las dificultades de toda índole que estamos padeciendo, puedan surgir motivos de esperanza (para los jóvenes, para los ancianos, para los parados...). 

Oremos también para que en medio de los conflictos que azotan al Mundo, los cristianos podamos aportar  un espíritu de paz y reconciliación en el Nombre de Jesús.

Pidamos para nuestros familiares y amigos que puedan ver la acción poderosa de Dios en sus vidas.


Elaborado por José Luis Mira