domingo, 13 de julio de 2014
La Buena Tierra
LECTURAS
Isaías 55: 1-5,10-13
Salmo 65
Romanos 8: 9-17
EVANGELIO: San Mateo 13: 1-9, 18-23
Bona Tierra / Buena Tierra
"Pero el que fue sembrado en buena tierra es el que oye y entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta y a treinta por uno".
Quiero resaltar dos imágenes que nos ha comunicado la canción y que tienen mucho que aportar para una comprensión verdaderamente espiritual del Evangelio que hemos compartido.
La primera sería la imagen de esa luz que emana de la Palabra y que ilumina a aquél que se la apropia, que la hace suya.
La segunda es la imagen de las lágrimas que brotan del corazón, conmovido por una verdadera comprensión de ella.
Sólo cuando asumimos una responsabilidad personal en cuanto al Mal que hay en el Mundo, podemos estar verdaderamente capacitados para producir un cambio positivo en nuestro entorno y en el orden global. Ello requiere el reconocimiento de nuestras iniquidades, de aquellas acciones (palabras, omisiones...) con las que verdaderamente hemos contribuido al desorden y a la injusticia. Y no hablamos de sólo un reconocimiento verbal o intelectual. Debemos llorar nuestros pecados. Sólo de ese dolor brotará la nueva vida en Cristo que ilumine a un mundo tenebroso y perdido.
Señor danos tu luz acerca de:
- Las injusticias que hicimos antes de nuestra conversión: que sean completamente borradas por la sangre preciosa de Cristo.
- Los pecados y errores que seguimos cometiendo después de nuestra conversión: que seamos conscientes de que enfrían nuestra relación con Cristo y pueden escandalizar, e incluso extraviar, a otros creyentes y a los no cristianos.
- Que siempre estemos dispuestos a perdonar los errores y debilidades de nuestros hermanos en la fe y del prójimo en general: como también esperamos y deseamos que ellos nos perdonen y disculpen las nuestras.
Elaborado por José Luis Mira Conca