LECTURAS
Génesis 1:1 - 2:3
Salmo 150
1 Cor 13: 5-14
EVANGELIO: San Mateo 28: 16-20
La Sagrada Escritura nos ofrece un conocimiento divinamente revelado de Dios que no podríamos alcanzar desde ningún otro Libro Sagrado, ni desde una sabiduría puramente humana.
Lo que en el 1er.Capítulo de Génesis nos aparece como una misteriosa alusión a la pluralidad en el seno de Dios (vv.26 y 27) volvemos a encontrarlo en el Evangelio de Mateo (cap. 28, v.19) como una nítida afirmación de la pluriunidad divina: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Y esto no es una invención humana, sino la forma en que Dios desea ser conocido y adorado.
Un error que debemos descartar es pensar que estas "Personas" actúan de modo singular y unilateral, cuando el testimonio de la Escritura siempre nos las presenta actuando en forma cooperativa, si bien el énfasis recae en el Padre (en lo relativo a la Creación) en el Hijo (la Redención) y en el Espíritu Santo (la Santificación). Pero, repito, nunca debemos olvidar que siempre actúan en forma cooperativa, lo cual tiene importantes connotaciones en nuestra vida familiar y social.
La primera lectura y nuestra propia experiencia del orden natural, nos aportan la consideración del Padre como un Creador originalísimo, al mismo tiempo majestuoso y atento a los detalles. Dios no crea un Cosmos "plano" , sino dotado de cualidades estéticas y morales. La consideración básica a tener en cuenta es que la actividad del Creador difunde y enaltece la vida y ubica al Hombre, Ser Dual (Varón y Mujer) en una posición privilegiada, como cooperador necesario (a través de su trabajo) y orientado también a contemplar y disfrutar de lo creado por Dios y también perfeccionado por su trabajo.
La segunda lectura nos da una clara visión de Jesús, no sólo como el Enviado que comunica y enseña -con autoridad- la Verdad de Dios, sino también como el Hijo Eterno que merece la adoración de los discípulos y la de todos aquellos que habríamos de creer por su testimonio.
La institución del Bautismo hace patente nuestra incapacidad para salvarnos por nuestros propios medios y nuestra radical dependencia de la Gracia de Dios.
Finalmente, el pasaje de 2ª Corintios nos muestra la "maternal" disposición de Pablo hacia los miembros de una comunidad cristiana, generadora de controversias y "problemas". En él manifiesta que, pudiendo haberlos disciplinado con severidad, en base a la autoridad recibida directamente de Jesucristo, prefiere arengarlos en tono amoroso.
Éste es un claro ejemplo de cómo actúa el Espíritu Santo en los verdaderos creyentes: moviéndolos siempre a la comprensión y la disculpa con relación a aquellos hermanos "más débiles". S. Pablo manifiesta, por tanto, un amor "mimoso", pero no malcriador, porque siempre pone por delante el ejemplo de Cristo, cuya vida es poderosa, tanto en él como en ellos, por la acción del Espíritu Santo.
Autor: José Luis Mira Conca
