Hechos 13: 44-52
Salmo 145: 1-9
Apoc 19: 1, 4-9
EVANGELIO: San Juan 13: 31-35
La palabra clave es Amor
Considerábamos en la semana anterior la potente imagen del Buen Pastor y cómo los seguidores de Jesús tenemos que ser capaces de dejarnos pastorear y de ser, al mismo tiempo, pastores de otros.
En la porción del Evangelio de San Juan que hoy hemos compartido (y que debemos meditar y actualizar a lo largo de la semana) se nos aporta una nueva enseñanza relativa al pastorado. Más en concreto: a la forma en que debe ejercerse el cuidado pastoral entre los cristianos.
El modelo vuelve a ser el mismo Jesús: como El lo ejerció, así debemos ejercerlo nosotros. Y la palabra clave es amor.
Que os améis los unos a los otros como yo os he amado.Vamos a glosar brevemente cuáles son las características de este amor específico que hemos de brindar a nuestros hermanos y hermanas en la fe.
1. Amor electivo: hemos de ser colaboradores en el amor electivo de Dios, teniendo muy presente que aquellos que Dios ha puesto en la Comunión de su Iglesia, han sido elegidos y llamados de modo personal. Por otra parte, no debemos cerrar la puerta del Amor de Dios a nadie, por lo que debemos combinar la actitud anterior con el llamamiento universal a la conversión y la fe.
2. Búsqueda de las ovejas perdidas: deben preocuparnos especialmente aquellas que, "habiendo sido de los nuestros" (dicho con cierta brusquedad) se han apartado. Tratar de recuperarlos debería ser una tarea prioritaria.
3. Cura, guía, alimento, defensa: son las tareas que mostrarán si nos amamos unos a otros como Él amó a sus discípulos. Jesucristo actuó como "el hermano mayor". Nosotros debemos ser en unos casos el hermano que cuida y en otros el hermano cuidado. Dejarse amar es tan importante como amar activamente.
4. Sacrificio de nuestras prioridades: así como Jesús fue capaz de entregarse en sacrificio por nosotros, sus ovejas, también hemos de ser capaces de renunciar a cosas que queremos hacer y son importantes para nosotros, por atender y dar prioridad al hermano enfermo, abatido, etc.
Para terminar: hay un fundamento muy profundo para este amor al mismo tiempo personal y servicial y no es otro que la llamada a la Unidad. Los cristianos somos llamados a formar una sola Familia y eso debe notarse.
Elaborado por José Luis Mira Conca