lunes, 21 de diciembre de 2015

Viene Emmanuel: Dios con nosotros ¿Dios en nosotros?

4.DOMINGO DE ADVIENTO
4rt. Diumenge d'Advent


LECTURAS
Miqueas 5: 2-4
Salmo 80: 1-7
Hebreos 10: 5-10
EVANGELIO:  San Lucas 1: 39-56


VIENE EMMANUEL: DIOS CON NOSOTROS  ¿DIOS EN NOSOTROS?

Hemos podido comprobar, a lo largo de estas semanas de Adviento, cómo la Liturgia nos presenta las severas advertencias de Dios, en cuanto a nuestra necesidad de purificación ante el Juicio y, al mismo tiempo, una promesa de consolación y restauración que se va haciendo cada vez más cercana. Es en cierto modo el reflejo del Antiguo Pacto que termina (Juan Bautista) y del Nuevo Pacto que comienza (María).

Y llegados a este punto, cabe que nos hagamos una pregunta, cuya respuesta no es tan obvia como, en un principio, podría parecernos:

¿Qué celebramos realmente en Navidad?

Hay dos contestaciones posibles y ciertamente complementarias:

1) Un hecho externo, histórico: el nacimiento del Jesús de Nazaret:  el Cristo.

2) Un hecho interno, actual: la necesidad de que Cristo nazca en nuestros corazones.

Igual que María concibió "en su seno" al Cristo, al Hijo de Dios, así también nosotros por medio de la fe, debemos esperar (pidiéndolo) que Cristo sea engendrado en nuestro corazón, por obra del Espíritu Santo.

Igual que Isabel (y con seguridad otras personas) vieron en María el resplandor de la presencia de Dios en ella; así también debería poder verse el resplandor de la presencia de Dios en nuestras vidas.

Como se nos dice en la Carta a los Hebreos, ya no son necesarios sacrificios ni ofrendas por el pecado. Al igual que Cristo recibió un cuerpo para hacer la voluntad de Dios, asi nosotros debemos consagrar nuestro cuerpo y nuestras obras en el mundo a hacer la voluntad de Dios, implantando el DERECHO y la JUSTICIA.


Día 21 de diciembre: Festividad de Santo Tomás
Eterno Dios que fortaleciste a tu apóstol Tomás con una fe cierta y firme en la resurrección de tu Hijo, concede que creamos en Jesucristo, nuestro Señor y nuestro Dios, tan perfectamente y sin duda, que nuestra fe no sea hallada deficiente a tus ojos. Amén.



Elaborado por José Luis Mira Conca